miércoles, 7 de marzo de 2007

La generación Candy, Candy









El otro día hablando con mi prima Fabiola (prima de cariño que cuenta igual), nos poníamos nostálgicas y comentábamos nuestras adolescencias ochenteras. Y cuál sería mi sorpresa al enterarme que hasta allá donde ella vivía en esos años, en el norte del país, estaba compartiendo uno de los íconos de mi infancia/adolescencia: Candy, Candy.

Ya para entonces, las caricaturas de Candy parecían más viejas que las niñas que las veíamos. El doblaje era bastante malo: sólo había dos o tres voces que hacían a todos los personajes. Terry, Albert, Anthony y Stir (debía ser Steve, pero seguramente lo pronunciaban mal) tenían la misma voz. Menos mal que casi no compartían escenas. Igual los personajes femeninos. Elisa y Paty eran dobladas por una señora de horrible voz gangosa, que le daba un toque tierno a Paty y arrogante a Elisa. La única voz (menos mal) que no se repetía, era la de Candy. Además eran voces argentinas. No tengo nada nada en contra de las personas de ese país...pero ¡qué horror! sonaban como sopladitos y a veces no se les entendía nada.

La edición era mala también. Había 4 ó 5 cancioncitas que se repetían TODO el tiempo, dependiendo del ánimo de los personajes y de la intensidad de la escena. Lo más chistoso de todo era que durante los flashbacks ...¡los díalogos cambiaban!. Para una nerda romántica como yo, que seguía todos los capítulos a la letra (y a veces, he de confesarlo, los grababa) era un pecado IMPERDONABLE, del que nunca me recuperé del todo.

Pero lo que es realmente increíble son las legiones de admiradoras que tuvo ese programa. Cualquier persona de mi generación que no haya visto o escuchado de Candy es un auténtico fenómeno. Buscando en internet, me sorprendí de la cantidad de sitios dedicados a la pequeña huérfana del hogar de Pony.

Pero ¿que tenía Candy?¿Porqué miles, si no es que millones de niñas nos fascinamos con ella? No pretendo, bajo ningún concepto, hacer un análisis sociológico de las audiencias televisivas de los ochenta. Sólo puedo hablar de mí y de lo que representaba en mi vida y en las de mis amigas que la veíamos diario durante las tres o cuatro veces que la pasaron en México.

Puedo decir sabiendo lo cursi y ridículo que suena, que Terius Granchester fue uno de mis primeros amores. ¿Pero cooomo? dirán algunos... ¿enamorada de una caricatura? Me explico.
Terry simbolizaba al adolescente rebelde e intenso que todas soñábamos conocer. Era testarudo, misterioso, se portaba muy mal, pero era tierno en el fondo y siempre rescataba a Candy de las travesuras que le hacían los malvados Neil y Elisa. ¿Suena familiar? No sé, sinceramente, si todas las que nos enamoramos de Terry andábamos buscando hombres que nos rescataran. Quizá. La vida nos ha ido de por medio.

También estaban las que encontraban a Terry excesivo y desorientado. Eran las que preferían a Albert (o el bisabuelo William, como al final nos enteramos) y que a lo mejor, como las Wendys y las Campanitas, establecerían relaciones más adultas con sus hombres ¿Quién sabe?. La verdad es que eran las menos...la mayoría coinicidíamos en que Terry era el hombre ideal para Candy...y para nosotras.

¿Que persona que se jacte de haber sido fan del show no se emocionó, gritó y pataleó en la escena del beso entre Candy y Terry? Si....besos en las caricaturas. Debo confesar que esa es mi escena favorita de toda la serie: Candy vestida de Julieta, Terry de Romeo, el baile de la escuela...y ¡zaz! Terry la atrae hacia si, con fuerza, y le planta su primer beso a una Candy sorprendida pero sudorosa...pillina. Por supuesto, dejaría de ser Candy si no hubiera respondido al beso con una sonora cacheteda. Pero todas sabíamos que, en el fondo, le encantó.

Tengo muchas cosas que agradecerle a Candy. La primera de ellas que me haya enseñado que en la vida te podía ir mucho peor de lo que me iba a mí. Porque ¡como le iba mal a Candy! y que de tragedias le pasan a la pobre. Huérfana, apestada, repudiada, se le muere todo el mundo... en fin. En veinte años le han pasado más cosas que a muchos octagenarios veteranos de guerra.

Otra cosa que tengo que agradecerle fue una lección de estilo: Nunca, jamás se deben de usar coletitas con moños pasados los 10 años. A menos, claro, que se padezca una especie de Candy-fetiche. En ese caso, cada quien su vida y sus gustos.

Candy me creó modelos románticos y, si, puedo decir que literarios. A mi alrededor había autos, moda y rock n´roll. Mientras las niñas de mi edad se besuqueaban en los coches ( y otras cosas) al ritmo de Rock, yo veía a Candy y seguía sus aventuras.

Pero, sobre todo, lo que más tengo que agradecerle es que sus historias despertaron en mí el deseo de escribir para poder cambiarlas. No me puedo reponer, a mis 37 abriles, de que Candy y Terry no acaben juntos y que ella, siempre buena y haciendo lo correcto, se lo cediera a la lisiada de Susana Marlow. Desde entonces, le inventé a Candy varios finales alternativos, en los cuales siempre acababa besando a Terry en el ocaso. ¿Qué puedo decir? Tenía 14 años...

Esa sería una costumbre creada en mis fanáticos años de Candy. Crear finales alternativos. A todo se los inventaba. Ahora me doy cuenta que puedo crear historias alternativas y mías. Pero todo empezó con la adorable rubia de pelo rizado.

Gracias Candy y gracias prima por la idea. En cuánto sepa cómo, te prometo poner la música de los créditos que tanto nos gustaba.

Mientras Si me buscas, tu a mí, me podrás encontrar....

6 comentarios:

Cuquita, la Pistolera dijo...

¡Yo sí conozco a gente que se enamoró de una caricatura! Mi hermana. Me acuerdo mucho que ella era fanática de Candy, Candy. Cuando se murió uno de los guapos pretendientes de Candy, creo que se llamaba Anthony, mi hermana lloró más que María Magdalena. Yo por más que le explicaba que era un papelito, que no se había muerto, no hubo caso. Fue casi un luto en la familia.

Viviana en vivo dijo...

Queridos Ben y Cuquita:

Creo que tanto Candy, como otras caricaturas de la época (Remy, la Princesa Caballero, Sandy Bell)marcaron a una generación, y nos dejaron una ligera tendencia a tirarnos al drama. Total, no te puede ir tan mal como les fue a ellos.

Entiendo perfecto el llanto después de la muerte de Anthony. Yo no lloré, pero si me conmovió. En fin. Creo que todo este asunto es generacional. He tratado de ponerle a mi hija los video (piratas) que tengo de TODA la serie de Candy, y hasta ahora no los encuentra interesantes.

Veremos que pasa después.

Saludos a ambos

Anónimo dijo...

Coincido contgo, yo tambien soñe con el amor de Terry, y si encontre al rebelde retador del mundo. Yo no era tan buena como Candy, tal vez eso fue lo que aprendi de ella. La nobleza no se le regala a cualquiera.
Fabiola

Anónimo dijo...

Prima:

¡Qué bueno que tu si encontraste a tu rebelde retador del mundo! Además, lo mejor es que creció y se convirtió en un excelente papá y esposo.

Un beso a todos. Al primo y a los sobrinos.

Los quiero mucho.

Viviana

Anónimo dijo...

Hola...llegué a este blog por casualidad, buscando una imagen de Candy. Yo nací el 86 y lo poco que recordaba de Candy me apestaba. Mas, empecé a ver la serie en Youtube (buscar: Candy Candy audio latino, está completa) y estoy absolutamente fanatizada. Es genial.
Y aún no me repongo de la muerte de Anthony, era diez mil veces mejor que Terry (o sea, no cambió a Candy por otra que tuvo "mala pata") Me lo lloré todo ese capítulo :(
Un dato: en la web: www.candy-blanca.com está la BANDA SONORA completa de la serie...XD bye

gloriaw dijo...

Hola Viviana! no se si te llegue el mensaje, pues la entrada es antigua, pero me gusto mucho, especialmente la parte de "autos, moda y rock'n roll".

Recuerdo que una amiga y yo no nos perdiamos ningun capitulo de Candy Candy, lo pasaban por el entonces canal Imevision; a la misma hora por el otro canal pasaban quinceañera, asi que eramos las unicas 2 loquitas que no veiamos la telenovela. Todas las amigas del colegio enamoradas de los galanes de telenovela y nosotras sufriendo por una caricatura.

Tambien nosotras creamos finales alternativos para la historia. Creo que Candy Candy inicio lo que hoy llamamos fanfiction.

Gracias por los recuerdos, hace mucho que no veo a mi amiga pero tu entrada me hizo recordarla.