miércoles, 6 de mayo de 2009

Ellos o yo


Ésta época de calor en mi ciudad ha traído consigo muchos eventos inolvidables. Sequías, "epidemias", tráfico, calor, tráfico, cierre de cines y restaurantes, tráfico y ... mosquitos. Si. A partir de anoche les he declarado la guerra. Durante semanas nos han acribillado a los niños (parece que les gusta la sangre joven) y a mí sin clemencia. No nos dejan dormir. Amanecemos todos picoteados, con unas ronchas que se ponen como tortas rojas e infladas.


El sentido común me dice que no puedo darles terapia de grupo para convencerlos de que se vayan a otro lado y me dejen dormir en paz. He puesto de todo, untado de todo, rociado de todo y los desgraciados siguen y siguen. Anoche dije se acabó. O éstos son moscos son mutantes o yo no entiendo nada.


He encontrado en internet una trampa de confección casera que pienso implementar el día de hoy.http://www.flickr.com/photos/naruwan/151675034/


Sinceramente espero que sirva. Considero a los moscos el enemigo público número 1. Peores incluso que los virus de la influenza y la estupidez. ¿Será que el gobierno creo estos mosquitos mutantes que son los que realmente transmiten los virus de la influenza, tontería y paranoia todo al mismo tiempo? Comploooooo. Comploooooo. Dios. La falta de sueño por los zumbidos me ha puesto malita de mis nervios...

martes, 21 de abril de 2009

Nosotros los psicoanalistas

Encontré por ahí este textito. Me parece ideal para retomar, con algo de humor, éste tan empolvado espacio.


Los psicoanalistas no enferman, somatizan.

Los psicoanalistas no estudian, subliman.

Los psicoanalistas no tienen ocurrencias, tienen insight.

Los psicoanalistas no se equivocan, tienen actos fallidos.

Los psicoanalistas no cambian de idea, resignifican.

Los psicoanalistas no hacen disparates, despliegan su creatividad.

Los psicoanalistas no hablan, verbalizan.

Los psicoanalistas no conversan, puntúan.

Los psicoanalistas no responden, interpretan.

Los psicoanalistas no dicen estupideces, asocian libremente.

Los psicoanalistas no se desahogan, hacen catarsis.

Los psicoanalistas no te bancan, te contienen.

Los psicoanalistas no hablan por teléfono, se comunican de inconsciente a inconsciente.

Los psicoanalistas no son pesados, tienen una ligera compulsión a la repetición.

Los psicoanalistas no resuelven sus problemas, elaboran sus conflictos.

Los psicoanalistas no se enamoran, hacen transferencia.

Los psicoanalistas no padecen la crisis, están atravesados por el malestar.

Los psicoanalistas no cogen, liberan la libido.


Y sobre todo...Siempre tenemos una explicación para cualquier cosa...

martes, 13 de enero de 2009

Responsabilidad o confusión


Mi profesión me confronta todos los días con lo errático de la naturaleza humana. Escucho a gente que habla de las cosas que les pasan, les hacen o les dicen. Sus padres no los entienden, sus parejas los ignoran, sus amigas las envidian, etc. El mundo, de una manera o de otra, inevitablemente, está en su contra.


Estas fabulaciones pueden ser de lo más absurdas. Sin embargo, las personas que las crean consideran que están escritas en piedra. Tienen la certeza de una ley. El discurso de "Soy una víctima, pobrecito de mi", aunque causa mucho sufrimiento y dolor, es la forma en que mucha gente ha elegido vivir su vida.


Ir a terapia implica encontrar un nuevo orden. Implica encontrar la responsabilidad de la propia conducta. Algunas personas lo logran más que otras. Unas empiezan donde otras terminan. Cada proceso es distinto. Los terapeutas también tenemos que lidiar con nuestras fabulaciones y sentimientos de víctima que , en teoría, hemos trabajado en nuestras propias psicoterapias.


Pero ¿Hasta que grado puede alguien responsabilzarse de las experiencias? Algunas personas, denominadas depresivas por los psiquiatras, se responsabilizan de absolutamente todo. Hasta lo que no comen les hace daño. Los narcisistas en cambio, no se responsabilizan de nada.


Inevitablemente me pregunto ¿Qué tiene que aprender una persona en su infancia para que más tarde, pasado el narcisismo infantil, pueda adquirir responsabilidad? ¿Porqué algunas personas a las que uno no les auguraría más que la repeticion de patrones desdichados y enfermos por el ambiente en el que han crecido, sorprenden por su integridad psíquica e introspección sobre su propia conducta?


Últimamente, por diversos sucesos que han ocurrido a mi alrededor, me he cuestionado si hay personas que simplemente no estan destinadas a responsabilizarse de nada. Complican las cosas, hablan mal de las personas que las quieren, mienten y se juegan en un eterno periplo de engaños.


¿Habrá gente que es por naturaleza perversa y viciosa? ¿Existirá un gen que determina nuestra capacidad de empatía y responsabilidad? Me inclino a pensar que si. Que quizá somos mucho más que las experiencias que hemos acumulado en el viaje. Algo nos precede y nos determina.


Eso quiere decir, que por mucho que me pare de cabeza, siempre habrá un límite para lo que yo pueda hacer por mis pacientes. Eso es un buen límite al narcisimo. Más vale ser humilde...