domingo, 26 de agosto de 2007

Cuando la intimidad falta

Leía recientemente acerca de la falta de intimidad en los matrimonios. Intimidad emocional o física. Personas que viven juntas y que comparten sólo el domicilio. ¿Cuándo se instala ese tremendo tedio? ¿Porqué es tan grande que no puede saltarse y llega a volverse "cómodo" ?


No lo se. Me pasó a mí y no he logrado explicármelo todavía. Desde luego no era así como planeaba mi vida y mi matrimonio. Pero sucedió. No por falta de amor o de cariño o de cosas en común. Simplemente pasó. Se gestó a lo largo de los años y las decepciones. Ninguno de los dos logró ver a través de él, hasta que llegó un momento en que ya no nos mirábamos, ni nos tocábamos... había un gran silencio que sólo se rompía para hablar de los niños, las cuentas por pagar o los últimos chismes de la familia. Nada más.

Éramos profundamente infelices. Y la vida no debe vivirse así. Fue tiempo de un cambio.

En eso andamos. Los dos.

Les dejo un fragmento del libro de Sándor Márai "Divorcio en Buda" , donde a partir del caso de divorcio de unos conocidos, el juez Kristóf Kömives se cuestiona su vida, su relación de pareja, su existencia y su manera de ver la vida. Entre paréntesis he puesto la palabra esposos, matrimonio, porque este pasaje retrata lo que llegó a ser el mio.


...Kristóf se tomaba el noviazgo(matrimonio) con seriedad y ceremonia: lo consideraba, más o menos, un cargo cívico que conlleva ciertos gastos de representación... Su noviazgo (matrimonio) estuvo caracterizado por ese constante afán de diálogo: se pasaban las horas charlando, hasta la madrugada. Sus cuerpos guardaban silencio mientras que sus almas se abrían total y sinceramente. Se besaban poco, y por lo común lo dejaban a medias tras algunos conatos desmañados y temerosos. Más bien se besaban por obligación; eran de esos novios (esposos) que creen que los intentos de acercamiento físico forman parte del estado oficial en que se encuentran, de la misma manera que llevan sus anillos de oro o se acercan a las tiendas de muebles para escoger los suyos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo se sale de una situación como esa? Tengo miedo de que mi relación haya caído en exactamente ese ciclo y me da miedo :-S

Besos

Cuquita, la Pistolera dijo...

Híjole, qué difícil situación. Yo estoy contenta en mi relación pero siempre me da miedo de que con los años nos volvamos algo parecido a lo que narra el Juez...

Abrazos

Paxton Hernandez dijo...

La verdad sí es una situación complicada. No la he vivido personalmente, pero es algo por la que muchas parejas atraviesan. Incluidos mis padres. Tras 27 años de matrimonio, no hay discusiones fuertes ni peleas pero si los ves ya no parecen enamorados. Se aguantan uno al otro

Y luego hay otras parejas que se encuentran tan enamoradas y tan fascinadas el uno con el otro, a los 20, 30 o 40 años de matriomonio.

Admiro tu sinceridad, Viviana, y el hecho de que hayas decidido compartir esto con tus lectores.

Abrazo,

Eddney Todd dijo...

Un tema muy dificil.

Podrïamos comenzar desde cero y preguntarnos si el ser humano esta realmente 'diseñado' para mantener una relacion intima perdurable. Me gustaria pensar que si, aunque a veces pienso que es sölo un estereotipo que se ha incrustado en nuestra cultura.

De cualquier manera, creo que es muy sano reconocer que las situaciones cambian. Y es aun mas sano (y admirable) el superar momentos dificiles como el que nos cuentas.

Saludos!

Viviana en vivo dijo...

Ben: ¡Ojalá pudiera tenerte alguna respuesta! Por experiencia propia y ajena, me he vuelto muy pesimista. Sólo espero poder estar muy pendiente y haber aprendido mi lección, para que no vuelva a pasar.

Cuquita: Si, es aterrador. Quizá la clave está en no dejar de hablar y de sentir. He ahí un gran reto.

Paxton: Estoy de acuerdo. Es algo muy común. Te agradezco tus palabras. Estoy mucho mejor. Si no, quizá no sería capaz de escribir acerca de ello.

Eduardo: ¡Bienvenido! Estoy totalmente de acuerdo contigo. Yo pienso que la pareja a largo plazo es un concepto anácronico. En fin. Me encanta tu blog, por cierto. Te estaré leyendo.

Miguel Cane dijo...

Manís:

¿Qué te digo? Cada pareja es un universo distinto. Tú y yo lo hemos visto con el ejemplo de nuestros padres: más de treinta años juntos y Dios sabe que deben quererse, porque no existe otra explicación... eso me hace creer que sí existe el amor de pareja, aún si tiene facetas muy raras.

Haz hecho lo correcto. TE admiro por ello y sabes que aquí estoy, apoyándote.

Besos, Viv.