¿Tendrá algún nombre la fobia a los papeles? ¿Papirofobia, quizá?...
Confieso tenerla. Cuando busco un papel, me altero de los nervios. Lo he intentado todo, pero esta reacción de ansiedad me ataca irremediablemente. Siempre respiro profundo repitiendo el mantra "en algún lugar debe de estar, en algún lugar debe de estar" ... por lo regular, el mantra sólo sirve para enojarme más. Nunca encuentro el papel que estoy buscando.
Es la ley de Murphy. Normalmente el mentado papel lo encuentro días después de que lo necesitaba. A menudo en los lugares menos comunes. La alacena, debajo de la cama de alguno de mis hijos o al fondo de mi closet metido en algún zapato.
¡Qué razón tenía la cretina de la orientadora vocacional de mi escuela cuando me recomendó que por ningún motivo estudiara archivonomía!
El orden en los papeles, documentos, archivos y demás asuntos, es algo que no me implantaron en el disco duro. Tengo 1200 mensajes en la bandeja de entrada de mi correo electrónico. Soy incapaz de discernir algún tipo de sistema que me permita bajar ese horrible número. Total, todos los días llegan nuevos ¿para qué los ordeno?
Me pasa igual con los papeles. Todos los colocó en un solo montón que adquiere las dimensiones de la pirámide del sol. En ese montón puede haber de todo. Recibos, cartas, papeles de la escuela de mis hijos, vouchers de tarjeta de crédito, notas de la tintorería, pañuelos no muy limpios, el ticket de la tortillería, el cupón del cereal, mis ejercicios del taller de escritura...
Como es de esperar, ese gran cúmulo de papeles me harta. ¿Y qué hago? Empiezo a tirar. El problema nuevamente es el discernimiento. He llegado a tirar (distraida y fastidiada de tanto papel) cosas que son importantes. Cómo creo que ha sucedido con el particular grupo de papeles que he buscado toda la semana.
No pude haberlos tirado ¿O sí?. Voy a buscar en el refrigerador, a ver si de casualidad ahí los encuentro...